Este estudio en Drosophila melanogaster revela cómo el envejecimiento puede ser regulado mediante un eje de comunicación entre el intestino y el cerebro, mediado por el neuropéptido F (NPF), la insulina y la hormona juvenil (JH). Al reducir la expresión de NPF en células enteroendocrinas (EEC) del intestino, los investigadores observaron un aumento en la esperanza de vida de las hembras. Este NPF intestinal activa la secreción de insulina en el cerebro, lo que a su vez induce la producción de JH en las células corpora allata, una glándula endocrina que controla el envejecimiento.
La dieta también tiene un papel fundamental en este proceso. El estudio muestra que los niveles de NPF intestinal varían en respuesta a diferentes nutrientes, como la levadura y el azúcar. En una dieta restringida, al reducir NPF se bloquea la secreción de insulina y la producción de JH, lo cual extiende la vida útil de las moscas. Este eje intestino-cerebro-corpora allata sugiere que el NPF actúa como una especie de incretina, similar a las GLP-1 humanas, integrando señales dietéticas y controlando el envejecimiento a través de la regulación hormonal. Estos hallazgos podrían ser aplicables a humanos, donde incretinas sintéticas ya se usan para tratar la obesidad y la diabetes, y podrían tener un impacto en el envejecimiento.
https://doi.org/10.1073/pnas.2411987121
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