Sin duda el impacto de la microbiota intestinal ha sido ampliamente estudiado y se han encontrado numerosas relaciones entre los microorganismos presentes en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino grueso, y cómo estos metabolizan lo que comemos y los productos generados influyen en diversos aspectos de nuestra fisiología e incluso conducta.
Carlino y colaboradores [1] abordaron un problema diferente, ¿cuál es la composición de microorganismos o microbioma de los distintos alimentos, que, a su vez, pudieran influir en nuestro propio microbioma?
Para aproximar este problema, los autores generaron 1,950 secuencias nuevas de alimentos (fermentados y no fermentados), así como el análisis de 583 metagenomas disponibles públicamente disponibles y generaron una base de datos con poco más de 10 mil genomas procariontes y casi 800 genomas eucariontes ensamblados. De los hallazgos más relevantes, consideramos los siguientes:
- Existe un traslape importante entre los metagenomas de cerca de 20 mil humanos con el microbioma de alimentos, teniendo una relación estrecha con el microbioma humano y está relacionado con la evolución propia del microbioma humano en algunos miles de años.
- La correlación del microbioma de los alimentos en infantes es cerca del 56%, lo que sugiere una fuerte correlación de que el microbioma en niños se adquiere a través de la comida.
- Se detectaron, en el orden de cientos, especies no caracterizadas, lo que abre nuevas líneas de investigación para aislar y caracterizar esos microorganismos. Acá cabe señalar que el pulque fue una de las fuentes de microorganismos secuenciados con una fracción de organismos desconocidos más grande.
- El análisis presentado en este trabajo sugiere una nueva forma de analizar aspectos biológicos básico como la transmisión y evolución de la microbiota así como analizar la seguridad y calidad de los alimentos, ya que la base de datos generada es un primer referente para continuar caracterizando las comunidades de microorganismos en los alimentos.
- La relación con el microbioma humano, este estudio revela que hay una transmisión entre alimentos y humanos y esto además de permitir estudiar la evolución del microbioma humano, permite también conocer la transmisión de genes relacionados con la descomposición de los alimentos, diseminación de resistencia a agentes antimicrobianos, diseminación de genes asociados a patogénesis entre otros.
- Limitaciones: si bien se pueden asociar eventos de transmisión entre alimentos y humanos, el punto exacto de transmisión y el tiempo requerido es un reto muy grande. Incluso la direccionalidad de la transmisión puede ser estimada hasta cierto punto. Si la transmisión y el establecimiento en el hospedero de un nuevo microorganismo es también un punto complicado de estimar y si esto es dependiente de la dosis del microorganismo en el alimento consumido. El papel de microorganismos eucariontes en los alimentos también es un tema poco explorado y que no se sabe cuál es su papel en la evolución del microbioma humano.
La biología molecular por tanto provee de herramientas tanto experimentales como computacionales para abordar problemas complejos, como es la evolución del microbioma humano y quizá este estudio sea la base para comprender la dinámica fisiológica, inmunológica y conductual que se observa es influida por los microorganismos residentes en nuestro cuerpo.
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