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La placenta: una historia de coevolución entre mamíferos y retrovirus

La placenta: una historia de coevolución entre mamíferos y retrovirus

La placenta es un órgano fascinante. Responsable de nutrir y proteger al feto durante la gestación, ha evolucionado con una sorprendente rapidez y diversidad entre los mamíferos. Lo que pocos saben es que su origen está estrechamente ligado a un agente insospechado: los retrovirus. En las últimas décadas, diversas investigaciones han revelado que componentes clave de la placenta son el resultado de antiguas infecciones virales que terminaron integrándose en el genoma de nuestros ancestros. Esta simbiosis evolutiva ha sido clave para la emergencia y diversificación de los mamíferos placentarios.

De parásito al socio funcional

Los retrovirus tienen la capacidad única de insertar su material genético en el genoma de las células que infectan. Cuando esto ocurre en células germinales, sus secuencias se heredan por generaciones como retrovirus endógenos (ERVs, por sus siglas en inglés). Aunque muchas de estas secuencias se degradan y pierden funcionalidad, algunas han sido “domesticadas” por el huésped y convertidas en herramientas biológicas funcionales.

En el caso de la placenta, los ERVs no sólo son tolerados, sino que se expresan activamente. Esta expresión no es accidental: genes derivados de retrovirus han sido reclutados para desempeñar funciones esenciales en el desarrollo placentario. El caso más conocido es el de los syncytins, proteínas derivadas del gen env retroviral que median la fusión celular en la formación del sincitiotrofoblasto, la capa que facilita el intercambio entre madre e hijo.

Diversidad placentaria y papel de los ERVs

El estudio comparado de las placentas en mamíferos revela una gran variedad de estructuras (difusa, cotiledonaria, zonaria, discoidal) y grados de invasión del tejido materno (epitelio-corial, endotelio-corial, hemocorial). Esta diversidad estructural ha sido relacionada con la actividad diferencial de ERVs en cada linaje, que contribuyen tanto con genes funcionales como con elementos reguladores derivados de sus LTRs (repeticiones terminales largas).

Las LTRs pueden funcionar como promotores o potenciadores (enhancers), y su integración en sitios clave del genoma ha modificado redes regulatorias completas, facilitando cambios evolutivos profundos en la morfología y fisiología placentaria.

Evidencia evolutiva

Estudios filogenéticos han identificado elementos retrovirales como syncytin-A, syncytin-B, syncytin-Ory1, entre otros, en diversos linajes de mamíferos. Lo notable es que estos genes no provienen de un ancestro viral común, sino de múltiples eventos independientes de captura de genes retrovirales, demostrando una convergencia evolutiva hacia soluciones similares para la formación de la placenta.

Además de los retrovirus, investigaciones recientes han identificado integraciones de otros virus de ADN en el genoma de mamíferos placentarios, como los Mavericks, una antigua familia viral con elementos conservados en humanos y otros euterios, cuya integración data de hace al menos 102 millones de años. Aunque estos virus no son retrovirales, sus elementos también podrían haber contribuido, directa o indirectamente, a la evolución placentaria.

Una hipótesis integradora

El modelo propuesto por Chuong (2013) sugiere que la evolución del linaje trofoblástico tolerante a la actividad retroviral permitió la incorporación masiva de elementos ERV en la red regulatoria del desarrollo placentario. Esta tolerancia (inusual en comparación con otros tejidos) se explica por la naturaleza efímera de la placenta y su papel inmunomodulador durante la gestación. Así, lo que comenzó como una infección puede haber sido reciclado por la evolución como una herramienta para construir uno de los órganos más complejos de los mamíferos.

La placenta es mucho más que un órgano efímero: es un ejemplo de cómo la evolución puede transformar agentes patógenos en socios funcionales. Los retrovirus, antiguos invasores genéticos, se han convertido en arquitectos invisibles del desarrollo embrionario. Comprender este origen viral no sólo enriquece nuestra visión de la biología evolutiva, sino que abre nuevas puertas para estudiar la regulación génica, la inmunología del embarazo y posibles aplicaciones biomédicas.

Referencias

Chuong E. B. (2013). Retroviruses facilitate the rapid evolution of the mammalian placenta. BioEssays : news and reviews in molecular, cellular and developmental biology, 35(10), 853–861. https://doi.org/10.1002/bies.201300059

Nino Barreat, J. G., & Katzourakis, A. (2022). Evolutionary Analysis of Placental Orthologues Reveals Two Ancient DNA Virus Integrations. Journal of virology, 96(22), e0093322. https://doi.org/10.1128/jvi.00933-22

Imakawa, K., Kusama, K., Kaneko-Ishino, T., Nakagawa, S., Kitao, K., Miyazawa, T., & Ishino, F. (2022). Endogenous Retroviruses and Placental Evolution, Development, and Diversity. Cells, 11(15), 2458. https://doi.org/10.3390/cells11152458

Pramono, D., Sugimoto, K., Kimura, T., Miyake, A., & Nishigaki, K. (2024). Characterization of the endogenous retrovirus-derived placenta-specific soluble protein EnvV-Fca from domestic cats. FEBS letters, 598(14), 1792–1806. https://doi.org/10.1002/1873-3468.14873

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